Siete años construyendo relaciones financieras sostenibles
Empezamos en 2018 con una idea clara: las negociaciones empresariales funcionan mejor cuando entiendes tanto los números como las personas que hay detrás.
No buscábamos reinventar nada. Solo queríamos hacer las cosas de manera más honesta y transparente.
Fundada en Barcelona • 2018
Todo empezó con una conversación difícil
Marc estaba sentado en una cafetería del Raval en marzo de 2018, ayudando a un antiguo compañero de universidad. Su negocio familiar llevaba tres generaciones funcionando, pero las condiciones de financiación se habían vuelto imposibles después de la crisis.
El problema no era la viabilidad del negocio. Era que nadie se había sentado realmente a entender la situación completa. Los bancos querían números. La familia necesitaba tiempo. Y ahí en medio, había una empresa que podía seguir adelante con el enfoque adecuado.
Esa conversación se alargó cuatro horas. Y se convirtió en el primer caso que trabajamos como ilivatora. No prometimos milagros, pero sí nos comprometimos a analizar cada detalle y presentar opciones reales.

Momentos que nos definieron
Primera renegociación compleja
Una empresa textil en Terrassa necesitaba reestructurar deuda de cuatro entidades diferentes. Tardamos siete meses. Aprendimos que la paciencia vale más que la velocidad.
Expansión a casos internacionales
Un cliente con operaciones en tres países. Descubrimos que las diferencias culturales en negociación financiera son tan importantes como los aspectos técnicos.
Certificación en mediación
Marc completó formación especializada en mediación empresarial. No porque lo necesitáramos en papel, sino porque queríamos hacerlo mejor.
Colaboración con despachos
Empezamos a trabajar junto a equipos legales en casos complejos. La sinergia entre análisis financiero y estrategia legal abrió nuevas posibilidades.
Enfoque en sostenibilidad
Integramos criterios de sostenibilidad en nuestros análisis. Las negociaciones ahora incluyen evaluación de impacto a largo plazo, no solo números trimestrales.
Equipo de cuatro personas
Crecimos poco a poco. Cada incorporación fue porque el volumen de trabajo lo pedía, no por querer parecer más grandes de lo que somos.

Experiencia que viene de ver muchas situaciones
Antes de ilivatora, Marc pasó once años en banca corporativa. Vio negociaciones funcionar y también vio muchas que se complicaron innecesariamente. La diferencia casi siempre estaba en cómo se comunicaban las opciones.
Nunca fue solo de números. Las empresas son personas tomando decisiones bajo presión. Y cuando alguien traduce la jerga financiera a escenarios reales, las conversaciones cambian completamente.
El equipo que se fue formando comparte esa visión. Gente que prefiere explicar las cosas claramente en lugar de impresionar con tecnicismos. Y que entiende que cada situación necesita un enfoque específico.
Casos que nos enseñaron algo
No todos los proyectos salen según el plan inicial. Pero cada uno nos mostró algo valioso sobre cómo funcionan realmente las negociaciones empresariales.

Empresa familiar con problemas de liquidez
Una transportista con treinta años de historia enfrentaba vencimientos imposibles de cumplir. El análisis mostró que el problema no era la operación, sino la estructura de deuda heredada de una expansión mal temporizada en 2019.

Startup con crecimiento irregular
Buenos productos, equipo sólido, pero métricas financieras que no convencían a inversores. Trabajamos en traducir el potencial técnico a proyecciones realistas que tuvieran sentido para ambas partes.

Conflicto entre socios fundadores
Dos personas que construyeron un negocio juntos durante quince años, pero que ya no compartían visión sobre el futuro. Nuestro trabajo fue encontrar opciones de separación que protegieran tanto la empresa como la relación personal.